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Es uno de los signos que puedes observar al final del embarazo, a partir de la semana 37, cuando en el cuello empieza a haber cambios.

La consistencia del tapón mucoso es mucosa, gelatinosa o como flujo muy espeso y puede ser claro o teñido de sangre roja fresca o marrón. Lo puedes confundir con sangre fresca. No te asustes, lo distinguirás por la consistencia. La sangre fresca es líquida y en mayor cantidad, como una regla más o menos, mientras que el tapón mucoso es gelatinoso y en menor cantidad.

Puede que aparezca completo o que lo expulses poco a poco, en varios días. Quizás no lo veas o incluso que ni tan siquiera lo expulses. Pero no te preocupes, porque la presencia del tapón mucoso no es significativa de nada si no viene acompañada de otros signos.

Lo podrás encontrar en la braguita o al limpiarte al ir al baño, después de haber tenido contracciones irregulares, de una relación sexual o después de una exploración vaginal del ginecólogo/a, y puede que el parto no empiece hasta incluso 10 días después.

Lo más importante es que con el tapón mucoso no hace falta que vayas al hospital a no ser que aparezcan otros signos del parto como contracciones regulares o rotura de la bolsa, y por supuesto si sangrases igual o más que una regla.